la familia bien, gracias

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jueves, 21 de marzo de 2013

ERES UN SOSO, PEDRO

Pero de los grandes.

Si yo me apellidara Jordán y me gustara el baloncesto, le clavaba a mi hijo de nombre Michael y me quedaba tan a gusto.
Michael Jordán; teniendo en cuenta que aquí en España no pone las tildes ni Blas, y que el crío va a ser "victima" del siguiente no, el siguiente sistema educativo, que posiblemente para hacer todavía más burros a nuestros críos incluso elimine las tildes para que tengan que pensar menos, pues el crío se autodenominaría Michael Jordan, pero con un D.N.I. que lo pruebe. Sería el puto amo de los amigos baloncesteros, y el comentario generalizado de los de la mesa cuando lo inscribieran, ya que con unos padres tan pesaos, el crío sería federado sí o sí.


Pos eso, que Pedro y Ana han sido padres y me voy a permitir la licencia de ermitañizar al crío por dos motivos.

El primero es por la nacionalidad; cuando alguien pasa 4 años en un sitio se le concede la nacionalidad, así que como el presunto padre (en adelante padre, y cuando veáis la carita del crío os daréis cuenta de que sí o sí es el padre) fue durante esos 4 años de rigor una pieza fundamental en nuestra ermita al crío se le concede la nacionalidad ermitaña por decreto.

El segundo es que aquí hay tres mías, dos del Vera, una de House (está preñao otra vez), una de Julio, una del potro, una de Papapablo, una de Paco Patillas...copón, que nos hacen falta colillas, que tenemos al morconín, a los dos de juancalvo y poco más.
Así que, como diría el de mariscos recio: Yo te nombre ermitaño en el nombre del padre, del hijo y del espíritu santo.

Me alegré en el alma cuando Pedro me mandó la foto del recién nacido, ya que todo había ido bien. En lo poco que nos hemos ido viendo este año por ahí, he ido siguiendo (de lejos) el desarrollo del bombo, pero nunca hubo noticias inquietantes, así que al final todo fue bien y prou; cuando se vienen de sustos previos siempre es doble motivo de satisfacción que todo haya ido bien y que las nuevas preocupaciones sean coger pañales para dar un paseo y no pensar constantemente si todo va correcto. Hala, a disfrutarlo.

Me sería demasiado fácil hablar de Pedro, pero hoy me voy a permitir una segunda licencia, y es pensar un poco en alto sobre Ana.
Imagino que, como toda las parejas, tendrán días en las que la cama a las 7 de la mañana no huele a rosas, al despertar no suenan violines y la ropa que ayer estaba sucia sigue sucia, puesto que ninguno ha pueto la lavadora. Días en los que te apetece estar más sólo que de costumbre, pero si en el mundo había alguien destinado a formar una familia con Pedro, ésa es Ana. Baloncestera, comprensiva, motera ... y ahora madre primeriza, si es que lo tiene tó. Un contrapunto cabal al fantasías de Pedro, coño, lo que los cursis llaman una media naranja.

Y era difícil, os lo aseguro.

Los primeros años míos en la Ermita, con Julio, Enrique, César, Pablo, Nico, etc yendo a cenar a la Esquina y ver al Lucre y a Pedro cenar como si no hubiera mañana; ir a jugar a Mazarrón y quedar con ellos en el restaurante donde se habían comido hasta el hojaldre del postre para luego ir a jugar no tenía desperdicio. Más buena gente que ná, pero parecían difíciles de emparentar. Ahí los tienes. Al Lucre casado hace un puñado de años y con el crío ya mayorcete y a Pedro recién papá. Y yo que me alegro, coño.

Poco más. De baloncesto hoy, precisamente hoy, no me apetece hablar.

se acerca el invierno







caaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaalvo

2 comentarios:

  1. caaaaaaaaaaaaaaaalvo21 de marzo de 2013, 4:50

    Por cierto, que el churumbel se llama Pedro, que no lo he puesto.

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  2. Muchas gracias José Antonio, has tenido un detalle muy bonito!! Besos, Ana y mini-Pedro

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